MOVIMIENTO LIBRE
PUEDO MOVERME SOLO/A
¿Qué queremos decir cuando decimos que hay que dejar al bebé moverse libremente? ¿necesita nuestro bebé que le pongamos boca abajo, que le sentemos, que le pongamos a andar? Es muy común que nos digan que estimulemos a los bebés con el "Tummy time", que movamos materiales delante del bebé para que inicien un movimiento, que adelantemos posturas (sentarle antes de que se siente sola, darle la mano para que camine antes que haya comenzado a caminar solo...). La intervención en el desarrollo motor y postural es tan sutil y la tenemos tan normalizada que no nos hacemos conscientes de ello, pero... ¿Aprenden los infantes a moverse solos o necesitan nuestra ayuda? ¿El desarrollo psicomotor se da por aprendizaje o por maduración? ¿Qué hago en casa?
Después de de muchos años de estudios la pediatra húngara Emmi Pikler (1902-1984) concluyó que el desarrollo motor ocurre de manera espontánea y aseguraba que si se les proporcionan ciertas condiciones, los niños y niñas alcanzan por sí mismos un desarrollo motor adecuado. Nosotras, basándonos en la experiencia de muchos años y en esta pedagogía, en la escuela creemos que los niños y niñas que se desarrollan de manera natural adquieren una mejor motricidad.
¿Qué es el Movimiento libre?
El movimiento libre consiste en dejar que el bebé se mueva libremente sin intervención del adulto. El movimiento se da de forma espontánea y autónoma. A la criatura no se la coloca en ninguna posición a la que no haya llegado por sí misma, salvo la inicial boca arriba, con la espalda tocando el suelo o alfombra, y en ningún caso se le exige, anima o incentiva a que realice ningún movimiento ni logre ninguna posición.
Los estudios de Emmi Pikler concluyen que las enseñanzas y ayuda del adulto no es condición necesaria para el desarrollo motor del infante, pero si que pueden perjudicarlo al ponerlo en situaciones en las que todavía no están maduros.
¿Qué queremos decir cuando decimos que hay que dejar al bebé moverse libremente? ¿necesita nuestro bebé que le pongamos boca abajo, que le sentemos, que le pongamos a andar? Es muy común que nos digan que estimulemos a los bebés con el "Tummy time", que movamos materiales delante del bebé para que inicien un movimiento, que adelantemos posturas (sentarle antes de que se siente sola, darle la mano para que camine antes que haya comenzado a caminar solo...). La intervención en el desarrollo motor y postural es tan sutil y la tenemos tan normalizada que no nos hacemos conscientes de ello, pero... ¿Aprenden los infantes a moverse solos o necesitan nuestra ayuda? ¿El desarrollo psicomotor se da por aprendizaje o por maduración? ¿Qué hago en casa?
Después de de muchos años de estudios la pediatra húngara Emmi Pikler (1902-1984) concluyó que el desarrollo motor ocurre de manera espontánea y aseguraba que si se les proporcionan ciertas condiciones, los niños y niñas alcanzan por sí mismos un desarrollo motor adecuado. Nosotras, basándonos en la experiencia de muchos años y en esta pedagogía, en la escuela creemos que los niños y niñas que se desarrollan de manera natural adquieren una mejor motricidad.
¿Qué es el Movimiento libre?
El movimiento libre consiste en dejar que el bebé se mueva libremente sin intervención del adulto. El movimiento se da de forma espontánea y autónoma. A la criatura no se la coloca en ninguna posición a la que no haya llegado por sí misma, salvo la inicial boca arriba, con la espalda tocando el suelo o alfombra, y en ningún caso se le exige, anima o incentiva a que realice ningún movimiento ni logre ninguna posición.
Hay que tener en cuenta que mientras construye sus posturas, también construye su autoimagen, su seguridad, su autonomía, su sentimiento de ser alguien competente... construye las bases de su personalidad.
El bebé se siente constantemente en equilibrio y seguro en relación con su propio equilibrio, cuando es el mismo el que elige sus posturas y movimientos. No se muestra ni se siente incapaz o torpe ya que solo va a realizar aquellos movimientos que ha decidido llevar a cabo y por tanto, le son cómodos. Vivir la motricidad libre le va a permitir cuidarse y conocerse a sí mismo.
Pikler observó que los infantes que aprenden los nuevos movimientos por sí mismos tienen mayor coordinación, mayor equilibrio y mayor seguridad en sus actividades y por eso son menos propensos a sufrir caídas y accidentes. Además, vivencian más el proceso de aprendizaje y tienen más seguridad en sí mismos.
- Confianza plena en la iniciativa de la niña/o y en su capacidad para moverse y relacionarse con el mundo que le rodea.
- El desarrollo psicomotor como proceso madurativo que NO necesita enseñanza.
- El ritmo está marcado por la iniciativa de la criatura y no por la de el adulto. De esta manera aseguramos un desarrollo armónico.
Ayudar a las niñas y niños cuando ellos no están listos para realizar ciertos movimientos por sí mismos es perjudicial. Emmi Pikler en su libro Moverse en libertad señala varios inconvenientes de esta ayuda:
- Poner al infante en una postura que no puede alcanzar por sí mismo, le obliga a estar inmóvil, el bebé no sabe salir de esta posición. Por ejemplo, si le sentamos no sabe volver a otra postura y acaba "tirándose" al suelo.
- Las posiciones en las que ponemos a las criaturas no son normales para ella y como consecuencia la postura de sus músculos es forzada, quedándose en posiciones malas o tensas.
- El bebé que hemos puesto en una posición a la que no puede llegar solo queda condenado en su autonomía, dependiendo del adulto para cambiar de postura. Por ejemplo, si le ponemos boca abajo y no sabe voltearse, nos necesita para volver a estar boca arriba donde puede moverse, mirar sus pies...
¿Cómo se produce el desarrollo motor de un niño/a de Movimiento libre?
Los niños/as que siguen un movimiento libre tienen una evolución en sus movimientos y posiciones diferente a las criaturas que han sido intervenidas y colocadas en una u otra posición a lo largo, sobre todo, del primer año de vida.
El bebé siempre se coloca boca arriba como posición inicial, tumbado sobre su espalda, hasta que no alcanza otra posición por sí mismo. Dejamos así al bebé para cambiarlo, dormir, descansar, jugar...
De esta posición inicial parten el resto de movimientos, y a partir de esta secuencia se produce una serie de posiciones intermedias que conforma el desarrollo y la maduración psicomotora.
Cosas positivas de dejarlo tumbado boca arriba sobre su espalda:
- Se favorece la motricidad gruesa, jugando con su cuerpo, buscando diferentes movimientos, probando una y otra vez hasta ir consiguiendo nuevas posturas que le permitirán desplazarse por sí mismo (girar para luego voltear, por ejemplo)
- Tiene una base de apoyo firme y seguro, en el suelo. En esta postura puede girar su cabeza hacia los lados, jugar con sus manos y pies. Las manos que se llevará a la boca, que usará para manipular materiales y explorarlos, desarrollando aspectos de la motricidad fina y por tanto, su desarrollo cognitivo.
- Un bebé se siente seguro y cómodo en esta postura y va a estar seguro no solo a nivel corporal sino también emocional. Si se le pone de otra manera que él mismo no ha logrado (por ejemplo boca abajo), no va a saber volver, lo que le genera un estrés y no le queda más remedio que llorar y pedir ayuda porque no sabe salir de ahí.
- En esta postura puede mover su cabeza para visibilizar al adulto que lo acompaña y comunicarse a través de la sonrisa, la mirada, sonidos o movimientos.
Los grandes movimientos motrices descritos por Emmi Pikler y que los bebes practican por propia iniciativa son los siguientes (existe una gran variedad de movimientos y posiciones intermedias):
- De la posición tumbado boca arriba hasta volverse sobre el vientre, rodar y dar vueltas repetidas ("la croqueta") (fig 1-6).
- Desde reptar hasta el gateo (fig 7-10).
- Hacia la posición sentada (fig 11-15).
- Hacia la posición de pie (fig 16-20).
- De ponerse en pie libremente y agacharse hasta la marcha estable (fig 21-25).
¿Qué podemos hacer desde casa?
Los bebés que no han alcanzado la verticalidad de manera autónoma, no sostiene la cabeza y necesita que su columna siempre esté sostenida, protegida y en contacto. Necesita que el adulto le de seguridad física y emocional y para ello puedes:
- Poner a tu bebé en posición boca arriba en el suelo.
- Cogerle sosteniendo bien su espalda y su cabeza segurizando su columna. Y mantener esta posición en brazos (no verticalizar)
Los estudios de Emmi Pikler concluyen que las enseñanzas y ayuda del adulto no es condición necesaria para el desarrollo motor del infante, pero si que pueden perjudicarlo al ponerlo en situaciones en las que todavía no están maduros.
Nuestro cuerpo es sabio. Tenemos en nuestro interior todo lo necesario para crecer, desde que nacemos o antes. Lo único que tenemos que hacer como adultos es respetar su ritmo y reconocerle sus propios logros.
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